Ya hace algún tiempo que vengo estudiando y observando el tema de las vigilias que nuestros jóvenes están realizando en toda Sudamérica. Percibo que es un movimiento de espiritualización y entrenamiento tremendo en nuestra iglesia. Veo en todo este esfuerzo la providencial mano de Dios, que busca preparar a nuestra juventud para la terminación de la obra de predicación del "evangelio eterno".
Una de nuestras bases es volver a ser “el pueblo de la Biblia” y, la otra, es ver a Jesús todavía en nuestra generación. Constantemente es repito a mis hijos que no quiero morir en el desierto, sino que quiero entrar en Canaán. Queridos jóvenes, vivamos con el fervor de nuestros pioneros. La antorcha de la verdad ahora está en sus manos, no dejen que la llama se apague, al contrario, levántenla bien alto, con el fin de que todos puedan ver los beneficios de la luz de Jesús.
Descargar
0 comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que haya sido una bendicion para ti, dejanos tu comentario